Junto a Carlos Salem, presentaremos la novela en Madrid el 3/12 en El Dinosaurio aún seguía allí.
Va lo que escribió Carlos sobre Descenso brusco.
Un avión que desciende bruscamente
en pleno vuelo puede ser la parábola de un país que se creía destinado a
subir sin límites. O de una vida, la del narrador, que pensó que bastaba
con cambiar de escenario para cambiar el final del argumento.
Una niña pequeña que no deja de
llorar mientras las turbulencias agitan la aeronave y la paciencia de los
pasajeros, representa, quizás, la queja sin sentido de un pueblo acostumbrado a
la abundancia. Y un misterioso pasajero que sólo con tocar al bebé logra que se
duerma plácidamente, pasa de ser un héroe o un santón, a un villano a localizar
cuando la pequeña no despierta ni en pleno motín de pasajeros en la T3 de
Madrid, ante la desaparición de su maletas.
Y atención: no conviene pegarle una
patada en los huevos a un perro anti- droga, si no quieres luego ser el forzado
cuidador del rencoroso can policial.
Con estos elementos, Juan Guinot se
pone en el lugar de su protagonista, un despistado ítalo-argentino afincado en
Madrid, decidido a salvar a la niña y a descifrar, aunque sea en parte, un
misterio que sabe desde el principio que le queda grande.
Descubrirá que las apariencias
siempre engañan, y más en una ciudad que siempre vivió de las
apariencias.
Con esta novela negra, delirante y
sin embargo (o por ello) lúcida, Guinot esboza un fresco de la España actual,
que por momentos parece un boxeador casi noquedado por la crisis, pero cuando
lo salva la campana, desde su rincón, todavía fanfarronea.
(Carlos Salem)