Nolo Meza, el Gerente
de Telemarketing de Banco Santander, estuvo 24 hs llamando, al pedo, al
teléfono de Yoel Eduardo. No puede creer que él (el capo de todos los llamados)
tenga que pasar por su coach competidor para saber de Yoel Eduardo. Está
desmoralizado, muerto de sueño y con el orgullo por el piso. Decide tragarse el
sapo. Le tira una perdida a Gonza.
Gonza responde al
toque. Pone voz de estoy metido en cosas muy importantes y te atiendo porque sos vos, pero hablá rápido
porque te voy a tener que cortar enseguida.
Nolo Meza no deja que
diga todo eso, es un tipo práctico y formado en técnicas de comunicación
telefónica. Optimiza el contacto, va al grano y le pide que le diga cómo está
Yoel Eduardo.
Gonza, con tono de
estoy leyendo los emails mientras hablo con vos, le dice que Yoel Eduardo le
contó que se rapó la cabeza y anda por la calle descalzo y tiene por única ropa
una túnica violeta. Y que Agustina Kampfer y Papá Amy le regalan todo.
¡Un pedazo de trapo y
en patas! Así regala cualquiera, que gente de mierda, lo cruza Nolo Meza, descontrolado.
Gonza le pide que se
serene y entienda que uno acepta a los amigos como son, sin importarle si
gustan de almorzar en Nac&Pop. Corta.
Nolo Meza está en
llamas. Entiende que Gonza está aprovechando el momento de centralidad que le
dio Yoel Eduardo para pasarle viejas facturas. Y él no está en este mundo para pagar,
sino para vender, su Santo Grial es sacar de cada ser humano un sí cuando los
llaman para vender los productos del Banco. Sus Cruzados son los telemarketers.
Ellos hacen todo lo que él les pide, son su arma letal.
Nolo Meza se para
arriba del escritorio, toca dos veces un silbato y los telemarketers cuelgan
los teléfonos. El equipo se llama a silencio con tensa expectación. Nolo Meza
le da una breve arenga motivacional, con ribetes belicistas y ordena a todo el
mundo llamar al listado de clientes de Banco Santander para ofrecerles una
promoción en Nac&Pop de Corrientes y Montevideo. El equipo arranca. Nolo
Meza se restriega las manos, se siente un Rommel, sin zorro ni desierto, pero
con una Pizzería Kentucky en la mira, que es lo mismo que tenerlo a Gonza.