Yoel Eduardo tiene unos
minutos, pocos, para que el sereno ponga las rejas en la puerta del teatro. Se
apura, debe actuar con Fé ciega, es un Cruzado que va por su Santo Grial: el
corazón de Agustina Cherri. Enciende el celular
y abre el WhatsApp:
Yoel Eduardo: Fuerza Chiqui
linda (Pulgar para arriba)
Agustina Cherri: k te
pasa?
Yoel Eduardo: (corazón
roto) Todo se arregla
Agustina Cherri: ?
Yoel Eduardo: (Pulgar
para abajo) Ponete las pilas, saliste ganando
Agustina Cherri: Sos
vos?
Yoel Eduardo: (carita
de sonrisa)
Agustina Cherri:
Cambiaste el número?
Yoel Eduardo: el de siempre.
Agustina Cherri: Estás
confundido
Yoel Eduardo: Tengo TODO
claro (flor)
Agustina Cherri:
(carita triste)
Yoel Eduardo: Saludá a
Pipa.
Agustina Cherri: k
tiene k ver Pipa.
Yoel Eduado: Sorry, te
tengo que dejar, toy a mil (manito de saludo)
Yoel Eduardo desconecta
el WhatsApp. Siente que la aguijoneó con lo de Pipa. Sabe que Agustina Cherri
va a llamar a la amiga y cuando lo mencione, Pipa se va a acordar de cuando él
intervino a su favor y en contra de Nolo Meza, mientras trabajaban de
telemarketers en Banco Río.
Yoel Eduardo siente que
jugó fuerte, que dio los mejores pasos, que mostró toda su capacidad de juego.
Con el pecho inflado, pisa Corrientes y encara para La Farola. Después de
semejante escaramuza, se merece una milanesa napolitana con papas fritas.