El viernes fui a ver “La guerra del Gallo” y desde que llegué a Yatay 890 empecé a pensar un poco en esto. Voy a hablar desde las dificultades porque en trabajarlas y superarlas se encuentran los méritos, y “La guerra del Gallo” tuvo que lidiar con dos: llevar a la escena la adaptación de una novela futurista, en gran parte transcurrida en el 2022, con todas las peripecias de los narraciones de aventuras (un desierto, un viaje en barco, una conquista, una guerra) a resolver en un unipersonal en una sala de teatro independiente en el corazón de Almagro. Y hablar en vivo, en presente y sin pantalla -como lo hace el teatro- de la guerra de Malvinas; y además, encarnarla con una escenografía mínima de objetos montada por Camilo Guinot, música para la ocasión de Lucas Guinot y la sensible y entregada actuación de Martín Amy-Walsh.
A todos nos cuesta entrar a hablar sobre Malvinas, pero en el tiempo de la obra, Masi sabe cómo hacerle sacar una sonrisa pronto al público y aflojar la tensión que aparece siempre que se vuelve sobre un tema doloroso. Hasta que no vi “La guerra del Gallo”, en ningún momento de la lectura de la novela de Juan Guinot, se me había ocurrido que la misión de Masi podía ser sólo un delirio de su cabeza que repite una y otra vez encerrado en el hospicio al que fue enviado a los 17 años. Aquí reside el gran efecto del cambio de punto de vista: escuché a dos espectadores a la salida de la función preguntarse si en la novela también el narrador era el protagonista -es que “2022. La guerra del Gallo” fue editada en 2007 en España y han circulado unos pocos ejemplares por nuestro país, tal es así que gran parte de los asistentes conocía el texto por primera vez en la escena-. En la novela, el narrador es en tercera persona y sortear ese cambio de registro y conservar el tono original es otros de los mérito de esta apuesta.
Un par de cosas: (que siempre son más que dos)
- “La guerra del Gallo” llevada a “La Gloria espacio teatral” nos ofreció un hermoso espectáculo teatral: una bienvenida y previa cálida, una sala de teatro apiñada de espectadores niños (as), adultos (as), ancianos (os/as) y jóvenes, todos con un acercamiento a Malvinas particular, pero juntos ahí, aplaudiendo el final de un gran momento.
- Martín Amy-Walsh sabe llevar el enorme peso de cargar con la voz y la piel de un ex -no- combatiente -en su caso- y puede encarnarla con dramatismo pero hacernos reír, junto con él, con la inocencia de un niño (detrás de su actuación, la mano y el ojo de Mauro Yakimiuk que dirige y la letra de Juan que tomó el riesgo por segunda vez de llevar su obra al teatro).
- Después de la función charlamos en una rica parrillita de Almagro: de la obra, de cómo nos pasó o pasa Malvinas, de la guerra, de la literatura, de los ancianos y las ancianas y de un asado riquísimo.
- Aprovechen a ir al teatro, quedan 4 funciones. Si no llegan a poder verla, esperemos que “La guerra del Gallo” salga a recorrer otras salas y espacios y que “2022...” la novela de Juan, desembarque de una vez en las librerías de nuestro país, que hay ávidos lectores a su espera.
Julieta Heredia (Viedma, Río Negro - Universidad Nacional del Comahue) es co-autora del libro "Malvinas en el aula" de descarga gratuita: www.curza.net/cms/libros
